En el fondo de la esquela.

I. Puerta de azufre.

Vestida con un telón
cubierta y llena de fuego
una señora me dijo
que no tuviera más miedo

Sin presentarse a mí vino
me tendió una mano agusanada
y entre las puertas del sino
me ofreció una vil posada

Satanás mal travestido
vino a llamarme a mi puerta
para ofrecerme salida

Salida de este vil mundo
de este vil mundo de mierda
y yo no sé si pedirla.

II. La estatua.

Un pajarillo de hierro
de mí siempre se reía
y entre su cuerpo metálico
me decía y me decía
no escaparás de tu jaula
suscríbete al pan ácimo

Como un judío de fiesta
yo pretendí maldecirlo
pero este tonto holocausto
esta escena pan y vino
persiguiome de por vida

No hay más que tontos fantasmas
entre una vida en tí mismo
procura que no te pillen
escapando del abismo.

Me han parecido buenos   

III.

Desnuda y orlada de cobre
se paseaba mi amada
sin moverse en metal pobre
fué la reina de mi curso

Sin rumbo y sin dirección
sin siquiera poder retroceder
así fue mi primera amada
de carne no podía parecer

Y pasito a pasito fuí
arreglándome la vida
ni el bosque ni las estelas que ví
fueron tan románticas

Otro cobre fue el de las monedas
que gané pidiendo en las aceras
(Quería estar como un mar.
Muerto)

Mar no ví pero si mucha
Atocha sin siquiera poder coger metro
el pobre cobre no daba
ni para ir en tren mugriento

De mi infancia rica y de jardín
pasé a una estampa
de sello de Nigeria

Más negro que el carmin
de color cobre,
es mi sangre y mi destino.