Rompiendo el cascarón

Auvn escribió:

Pikmin escribió:A mí lo que me ocurre a veces cuando intento integrarme es que llega un momento en que no sé quién soy. Es algo que he vivido desde que empecé a ir al colegio, con 5 años. Asumes un papel y lo haces tan bien que ya no sabes si tendrías que asumirlo por completo y perderte a ti mismo.

Interesantísimo. Es lo que precisamente me agota de relacionarme: nunca sé si estoy siendo yo. ¿Y qué es "ser yo"? Ni idea, pero reconozco inmediatamente ante los demás una necesidad de aislarme de nuevo. Me digo: "qué cansado tener que seguir siendo de esta manera en que me he presentado". Uno de los factores que probablemente contribuya a mi inadaptabilidad, es que soy muy cambiante. No hay un centro que defina mi personalidad (o ello me parece); podría considerarse inestabilidad, al tiempo. El impulso de ser sincera conmigo misma me impide confiar en nada ni creérmelo. Al momento de comentar algo, de interpretar un aspecto de la realidad, pienso: "¿y por qué debería ser así? Quizás lo que ocurra es que...". Y ya estoy modificando mi actitud. Es como desenmascarar el mecanismo que hay detrás de cierto comportamiento y adoptar automáticamente una especie de escepticismo, de desarraigo deprimente. Y tan succionadora es esta actitud que ya ni me apetece interpretar, porque sé que después estaré cuestionando; entonces, me agarro al silencio, pero ni siquiera él me proporciona la suficiente tranquilidad: es como un aire viciado que contiene mensajes silentes y sutiles, pero completamente atronadores. De modo que sigo jugando a los roles, silenciándome a ratos, porque es lo único que se me ocurre hacer.

A mi también me pasa que cuando conozco a alguien intento quedar bien o actuar de una forma distinta a como soy. A veces siento que no tengo personalidad . Yo se como van reaccionar las demas personas ante una situacion, ante un insulto, etc Yo en cambio no se que hacer, a veces me quedo callado, otras contesto de manera desproporcionada, no se es muy raro... Por cierto Auvn no has pensado en ser escritora o algo por el estilo xD

Mi yo es mas sencillo estoy hasta las pelotas en mi interior y es lo que muestro hacia fuera.

Jaja picapiedra ésa tb es una buena teoría, más o menos a mí me ocurre igual, no me gusta mi vida y necesito de unos afectos q ni tengo ni creo que tendré.

Me da a mí que lo de proyectar una imagen calculada de uno mismo es un problema bastante intrínseco de la fobia social. Y, la verdad, me veo superando otros síntomas, pero soy incapaz de imaginarme a mí mismo siendo tal cual soy con todo el mundo. Creo que acabaría mimetizándome sin querer, como siempre he hecho.

Es que es demasiado tentador, ¿no? Tienes ante ti un grupo de extraños, y hay dos opciones: ser tú mismo y arriesgarte a caerles mal y que te rechacen, o adaptarte y, como mínimo, mantener una conversación amistosa durante un rato. Sí, es agotador y después te planteas si ha valido la pena, porque te sientes, no sé, sucio, y falso, pero la alternativa es tanto o más desagradable, y por lo menos no quedas mal.

Pikmin escribió:Me da a mí que lo de proyectar una imagen calculada de uno mismo es un problema bastante intrínseco de la fobia social. Y, la verdad, me veo superando otros síntomas, pero soy incapaz de imaginarme a mí mismo siendo tal cual soy con todo el mundo. Creo que acabaría mimetizándome sin querer, como siempre he hecho.

Es que es demasiado tentador, ¿no? Tienes ante ti un grupo de extraños, y hay dos opciones: ser tú mismo y arriesgarte a caerles mal y que te rechacen, o adaptarte y, como mínimo, mantener una conversación amistosa durante un rato. Sí, es agotador y después te planteas si ha valido la pena, porque te sientes, no sé, sucio, y falso, pero la alternativa es tanto o más desagradable, y por lo menos no quedas mal.

Creo que mas que un problema de la fobia social es una necesidad en nuestra sociedad. La unica diferencia entre los fobicos sociales y los demas seria que hay otras motivaciones como por ejemplo la busqueda de aprobacion de los otros. Este deseo en los fobicos sociales es excesivo y el miedo al rechazo también.
Si se tiene un miedo excesivo al rechazo no se puede ser uno mismo. Y si en un determinado lugar resulta demasiado problematico ser uno mismo lo mejor es largarse.

Auvn escribió:
Es lo que precisamente me agota de relacionarme: nunca sé si estoy siendo yo. ¿Y qué es "ser yo"? Ni idea, pero reconozco inmediatamente ante los demás una necesidad de aislarme de nuevo. Me digo: "qué cansado tener que seguir siendo de esta manera en que me he presentado". Uno de los factores que probablemente contribuya a mi inadaptabilidad, es que soy muy cambiante. No hay un centro que defina mi personalidad (o ello me parece); podría considerarse inestabilidad, al tiempo. El impulso de ser sincera conmigo misma me impide confiar en nada ni creérmelo. Al momento de comentar algo, de interpretar un aspecto de la realidad, pienso: "¿y por qué debería ser así? Quizás lo que ocurra es que...". Y ya estoy modificando mi actitud. Es como desenmascarar el mecanismo que hay detrás de cierto comportamiento y adoptar automáticamente una especie de escepticismo, de desarraigo deprimente. Y tan succionadora es esta actitud que ya ni me apetece interpretar, porque sé que después estaré cuestionando; entonces, me agarro al silencio, pero ni siquiera él me proporciona la suficiente tranquilidad: es como un aire viciado que contiene mensajes silentes y sutiles, pero completamente atronadores. De modo que sigo jugando a los roles, silenciándome a ratos, porque es lo único que se me ocurre hacer.

Me pasa exactamente lo mismo, no lo habria escrito mejor, ni podria.

Auvn escribió:

Pikmin escribió:A mí lo que me ocurre a veces cuando intento integrarme es que llega un momento en que no sé quién soy. Es algo que he vivido desde que empecé a ir al colegio, con 5 años. Asumes un papel y lo haces tan bien que ya no sabes si tendrías que asumirlo por completo y perderte a ti mismo.

Interesantísimo. Es lo que precisamente me agota de relacionarme: nunca sé si estoy siendo yo. ¿Y qué es "ser yo"? Ni idea, pero reconozco inmediatamente ante los demás una necesidad de aislarme de nuevo. Me digo: "qué cansado tener que seguir siendo de esta manera en que me he presentado". Uno de los factores que probablemente contribuya a mi inadaptabilidad, es que soy muy cambiante. No hay un centro que defina mi personalidad (o ello me parece); podría considerarse inestabilidad, al tiempo. El impulso de ser sincera conmigo misma me impide confiar en nada ni creérmelo. Al momento de comentar algo, de interpretar un aspecto de la realidad, pienso: "¿y por qué debería ser así? Quizás lo que ocurra es que...". Y ya estoy modificando mi actitud. Es como desenmascarar el mecanismo que hay detrás de cierto comportamiento y adoptar automáticamente una especie de escepticismo, de desarraigo deprimente. Y tan succionadora es esta actitud que ya ni me apetece interpretar, porque sé que después estaré cuestionando; entonces, me agarro al silencio, pero ni siquiera él me proporciona la suficiente tranquilidad: es como un aire viciado que contiene mensajes silentes y sutiles, pero completamente atronadores. De modo que sigo jugando a los roles, silenciándome a ratos, porque es lo único que se me ocurre hacer.

En mi caso: Cuando tienes miedo a ser rechazado, cuando no tienes autoestima, piensas que cuando descubran tu verdadero "yo" se van a quedar muy decepcionados desarrollas una capacidad de estar continuamente tratando de agradar a las personas pero sin llegar a llamar la atención, que parezca auténtico. Callarte, escuchar, fijarte primero antes de abrir la boca. Estas continuamente analizando los gestos, los comentarios, tratando de parecer inteligente, gracioso, respetuoso, considerado, etc. lo que requiera la situación. Vives anticipando las situaciones antes de que ocurran para saber como actuar, qué decir, que no te cojan por sorpresa y no hacer el ridículo, ocultando tus verdaderos sentimientos. Vives analizando las cosas que has dicho, escrito o hecho para saber si has causado buena o mala impresion, así durante todo el dia hasta meterte en la cama para seguir dandole vueltas. Es agotador, estresante.

Terminas exhausto y con las personas llegas a un punto muerto donde ves que te van a descubrir. En mi vida he conocido gente buena e interesante que ha mostrado verdadero interés por mí, pero llegado un punto he apagado el movil por un año, cerrado la puerta para no volver a verla nunca jamas. Sin darles explicacion alguna, para siempre. Varías veces durante mi vida, despues de algún ataque de pánico.

Vas formando capas y más capas alrededor de tu auténtico yo, como una cebolla. Hasta que ya no sabes quien eres realmente cuando estás con alguien. Te impide desarrolar tu propia personalidad, esa que tanto detestas, que tanto van a detestar si llegan a verla. Te detestas por no ser quien eres y por ser quien eres. Solo descansas de todo en casa, solo.

Zipristin gracias por compartir estas palabras.

Yo el sábado logré ser auténtica, aunque de una forma muy pueril, y el domingo me sentí en paz a pesar de que por las circunstancias debería estar triste...

Todo lo que dices lo he vivido en una medida u otra, sin querer nos alejamos de las personas q nos pueden favorecer, con una excusa u otra. Yo creo que ya no lo haría, pero recuerdo bien a mi compañera de colegio, era una persona fantástica en todos los sentidos, ella quiso cartearse conmigo tras mi traslado a Madrid y recuerdo que no pude continuar escribiéndola, recuerdo que la solía criticar mucho (no en mal plan sino como si tuviera ese derecho)... Y tb recuerdo cómo fue la relación con mi exnovio...

Sí la fobia social es algo tremendo.

Me siento muy identificada con lo que has escrito Zipristin, también me pasa, yo también he conocido buena gente y he hecho lo mismo, huir por miedo al rechazo , decepción...

Es mejor tragarse los miedos y encajar los posibles incovenientes que puedan surjir de mostrarte tal como eres. Lo otro es más "fácil" pero a la larga peor. Es bueno ser honesto con uno mismo para ver cual es el problema de base, normalmente lo que causa todo es algun peso que tienes encima, algo no superado o algo que en el fondo sabes que tienes pendiente de hacer para liberarte. Se dice fácil...