Se cierra el ciclo.

Todo lo que fue,
vuelve a ser.
Todo lo que un dia soñé,
vuelvo a soñar.

La leyenda supresensible
se siente dia a dia.
Ahora se que nada terminara
porque nunca empezó.

Siempre en el ahora
fluyendo.
Siempre en el ayer
tormentandome.

Los tormentos de hoy
son los sueños del mañana.
El fluir del mañana
son los sueños del ayer.

Nada cambia,
amigos, romances y familia
los despido
para luego saludarlos.

Ahora se que todo termino cuando nací.
Ahora se que todo empezara al morir.
Siempre conmigo, siempre solo.
Fue bello conocerte, pero más encontrarte.

fin

Me ha gustado mucho tu poesía, Octopus.

Espero poder leer más cosas de ti pronto

Gracias PerroVerde.

Octopus subió a lo alto de la montaña.
Necesitaba soledad para meditar.
Cuando hubo reflexionado sobre lo que acaecía en el mundo bajó.
¿Qué habéis hecho insensatos?
Los guays tan sociales se han convertido en hogareños familiares.
¿Dónde queda lo que os hacia guays?
¡Ya no sois ligones, folladores, y maltratadores del débil!
Ahora os recogéis en la seguridad del hogar, y trabajáis para pagar hipotecas.
Ooooh, que extraño destino el vuestro.
¿Que debo hacer ahora?
¿Debo perdonar todos vuestros pecados?, ¿He de veros distintos?
Los padres de familia se quedaron sorprendidos por este hombre.
Iba con chándal y un perro, fumando porros.
Tu Octopus no sabes de lo que hablas, solo eran bromas de juventud.
Te crees muy sabio por haber reflexionado en la montaña, pero no nos importa si nos perdonas o no.

Enfadado Octopus, decidió hacer como que esa gente no existía.
Habían cambiado tanto que ya no le eran afines.
Pensó que todo el mundo que le habían tratado de imponer (fiestas, novias, carreras de coches y demás juergas) nunca fue cierto, y que por lo tanto todo era relativo, y si era relativo significaba que su mundo también era verosímil.
Así que volvió a subir a la cabaña, se fumo un porro y se dijo "yo soy el rey".

Al día siguiente pasaron unos jóvenes por la hacienda de Octopus. Iban con chándal, una gorra a lo Justin Bieber y pelo rapado excepto el flequillo.
Él, los vio y les dijo.
Vosotros jóvenes de hoy en día, no sabéis que hacéis, todo lo que ahora os importa mañana se desvanecerá. ¿Queréis una calada?
Fracasado Octopus- le dijeron- no queremos acabar como tu. Hoy es la era de la tecnología, el sexo y el dinero. Nosotros somos famosos, tenemos nuestro vlog, les gustamos a las chicas y nos reímos de los haters. Nunca seremos como tu, un fracasado.
Ooooh jóvenes, que poco sabéis de la vida, creéis que el mundo que habéis creado os pertenece, pero tarde o temprano se marchitara y pagareis una hipoteca.

Dicho esto Octopus se termino el porro y decidió ir a la ciudad.
En la ciudad habían ricos, y pobres, una lucha de clases sin fin.
Dijo- Vosotros los ricos habéis padecido hambre en las guerras y os quejabais de lo injustas que eran las vidas, ahora que tenéis dinero os reis de los pobres y no os incumbe su malestar.
Un rico dio un billete a un pobre.
¿Lo ves Octopus? Si nos preocupamos por ellos, les damos calderilla, son ellos que son unos parásitos y no quieren trabajar.
Ooooh, ¿Pero acaso vosotros trabajáis todo el día cargando cajas? ¡La mayoría sois burgueses y vivís de lo que habéis heredado! Me voy al campo donde todos somos iguales.

Octopus recogió sus cosas y se asentó en la montaña a meditar.
Meditando, meditando, se dio cuenta que los que habían sido jóvenes insufribles, ahora deseaban el prestigio de la familia como un capricho. Seguramente les duraría un tiempo y luego se desentenderían. Para terminar en los singles. ¡Todo para ellos era pasajero! Y por lo tanto en nada creían más que en sus ambiciones.
Se dijo que él debía ser como eterno, pues actuaba como cuando adolescente, respetando a los demás y buscando alguien interesante con quien conversar. Y que él no cambiaria de perro, se quedaría con su perro hasta su muerte. No como ellos que se iban de capricho en capricho sin prudencia alguna.
También se dio cuenta que los jóvenes defendían su superioridad en sus reglas, y todos hacían lo que creían que les convertía en un adolescente dominador.
Se dijo que eso eran esperanzas banas, que solo conducían a gozar de efímeros momentos, pero jamás tendrían un mundo que les perteneciera, serian esclavos de su visión y esclavizarían a quien no les gustase pensar igual. Así que él estaba mejor con su voluntad de hierro, fumando, saliendo a pasear con el perro y disfrutando de su soledad que siempre le acompañaba. ¡Al menos era sincero! Y no como esos críos. El sabia donde empezaba y donde terminaba su mundo. En cambio ellos, movidos por su avaricia, solo fardaban de lo que creían que les conduciría al éxito en su juventud. Si veían un perro como el suyo, al cual amaba mucho, quizás lo insultaran. Si veían a un mendigo le pegarían. Y así con todo. No tenían moral, lo cual no comprendía pues él siempre había sido el mismo.
Para luego crecer, y darse cuenta que toda esa banalidad era un juego.
Siguió meditando en los burgueses de ciudad, y se dijo que sin dinero ellos estarían peores que los pobres, que al menos sabían como sobrevivir en su condición.

Así que se sentó en su cabaña, prendió fuego a un porro. Y mientras se consumia, se dijo "Hoy he cambiado el mundo"

Fin, ¿Continuará?

Octopus escribió: ¿Continuará?

Siiiii, por favor, no nos dejes así!! Fúmate el porro, vale, pero que siga la historia, jajaja