Mi historia con la timidez

por Chris121 Mar 17 Dic 2013, 14:27

Hola a todos,

Me llamo Chris y tengo 26 años. Siempre he sido una persona muy tímida. No sé si llego a fóbico, pero soy muy muy tímido. También tengo problemas de inseguridad y de autoestima. A eso se le añade un pequeño problema de tartamudez que se acentúa en momentos de nerviosismo tales como exposiciones orales (el otro día mismamente me quedé en blanco) o charlas con más de 5 personas.

¿Mi vida? Pues bien. No ha sido fácil (aunque mucho más fácil que el de otras personas supongo). Mi padre es una persona muy autoritaria que se cabrea con frecuencia por casi todo. El dinero no ha faltado nunca en casa, pero su carácter me ha puesto las cosas muy difíciles en numerosísimas ocasiones: desprecios, poca atención, humillaciones (como reírse de mí por decir "tonterías" según él). Nunca me ha dicho: "esto lo has hecho bien" o "muy bien hijo" o "¡Que notas tan buenas, sigue así!". Supongo que ahí empezó todo.

Mi vida escolar tampoco ha sido nunca fácil. En el colegio (de los 6 a los 17) siempre fui objeto de burlas (era un poco el hazmerreír) y golpes y casi siempre pertenecí al grupo de los "marginados". De todas formas, siempre me he llevado bien con todo el mundo. No era de los más marginados y se puede decir que era casi "normal" (pongo "marginados" y "normal" entre comillas porque los considero términos muy relativos). En esta época fui muy tímido: nunca levantaba el brazo, me daba pánico hablar en público y, en general, era bastante callado por mis problemas de tartamudez y de timidez.

A partir de los 18 años mejoré bastante y hice bastantes amigos (sobretodo fuera del entorno académico). En la universidad las cosas mejoraron, pero no acabaron de ser perfectas. Seguía teniendo pánico a las exposiciones orales (preocupación, sudores,...) y seguía siendo el hazmerreír. Y sinceramente, entiendo perfectamente a la gente que se ríe: la timidez me hace un ser torpe y me hace parecer "gilipollas" en muchas situaciones en las que soy el centro de atención. Mi tartamudez había mejorado mucho (de hecho, si hablo tranquilo puedo hablar perfectamente), pero seguía empeorando en momentos de nerviosismo. Algo que me ayudó mucho fue la música. Tocaba la guitarra y cantaba. Siempre en soledad. Hasta que empecé a dar clases en una escuela. Y hice algo que jamás pensé que haría: canté dos canciones delante de 200 personas en las fiestas navideñas de la escuela de música. Y luego, en verano, lo volví a hacer. Y todo salió bastante bien. Al cabo de poco tiempo, me llamó un grupo de música interesado en mí (por recomendación de alguien) y hace un año y pico que formo parte de ese grupo de música. Y en ese sentido estoy super contento. Incluso gané un concurso de música. Pero aún así, en otros aspectos de mi vida, sigo siendo un auténtico desastre por la dichosa timidez. Cantando he adquirido seguridad, pero hablando sigo siendo un desastre.

Total, que tengo una mochila muy pesada en mi espalda y aún así...que queréis que os diga... estoy orgulloso de mi mismo. He conseguido superar muchos obstáculos por mí mismo y me puedo considerar una persona "normal" con vida social. He sufrido humillaciones y las sigo sufriendo. Pero no huyo, no me escondo y cada vez me dan más igual. Soy como soy e intento mejorar cada día. Soy muy tímido (aunque no sé hasta que punto). Soy consciente de ello y lo único que puedo hacer es intentar mejorar. Asumir las vicisitudes de mi timidez y luchar para que ésta desaparezca. Aún así, sufro y sigo sufriendo. Soy tímido, inseguro, tengo poca autoestima. Además, últimamente parece haber empeorado. En clase, me sonrojo con frecuencia y soy el hazmerreír con frecuencia. También porque estoy haciendo un Máster en Enseñanza y me expuesto totalmente. Soy el centro de atención en muchas ocasiones y mi torpeza sigue siendo evidente. Está claro, soy muy tímido. A veces, pienso que enfermizamente tímido. No sé si fóbico. Lo que no soy es cobarde y eso me enorgullece. Pero estoy cansado de esta timidez que no me deja alcanzar la felicidad plena. Estoy cansado de mi torpeza. De mis balbuceos y tartamudeos por la maldita timidez.

En fin, os dejo de dar el coñazo, jaja, esa es mi historia.

Saludos,

Chris.