La última lección de Randy Pausch

¿Qué enseñarías a tus alumnos si tuvieras que dar una última lección? No la última clase del semestre o del año, sino la última clase de tu vida, la clase final. Randy Pausch, un profesor universitario especialista en Ciencias de la Computación, no lo pensó mucho y decidió dejar un testimonio imperecedero.

Era un enfermo terminal de cáncer de páncreas y los doctores solo le daban entre tres y seis meses de vida, así que decidió despedirse de una forma que no lo olvidaran.

El 18 de setiembre del 2007, Pausch reveló su estado de salud dejando atónito al auditorio, compuesto por 400 alumnos y profesores de la Universidad Carnegie Mellon, de Pittsburgh. Sabiendo que sus palabras llegarían a su familia, sobre todo a sus tres pequeños hijos de 1, 3 y 6 años, evitó el melodrama e inyectó cada una de sus frases de mensajes de amor, esperanza, humor cotidiano y perseverancia.

El testimonio de un desahuciado se convirtió en un ejemplo de vida. Los elementos necesarios para convertirlo en una celebridad mediática.

Mientras el reloj le restaba tiempo, su conferencia llegó a Internet y pronto se convirtió en uno de los videos más vistos en You Tube: más de seis millones de visitas, sin contar las vistas en la página web de su universidad ni tampoco la presentación que hizo en el programa de Oprah Winfrey.

Jeff Zaslow, un reportero de "The Wall Street Journal", le puso el ojo y se entrevistó con él durante 53 horas. Esos diálogos se vieron plasmados en el libro que escribieron juntos llamado "La última lección", una obra que se convirtió rápidamente en un best-seller que ya vendió cinco millones de ejemplares y se tradujo en 32 idiomas.

SUEÑOS INFANTILES
Aunque "Time" lo nombró una de las cien personas del año y miles desde todo el mundo le escribieron diciendo que sus palabras habían evitado suicidios, divorcios, peleas y ansiedades innecesarias, a Randy Pausch le interesaban, sobre todo, seis cosas.

En su célebre discurso no habló del cáncer sino de sus seis sueños infantiles: estar en gravedad cero, jugar un partido de fútbol americano, firmar un artículo de la enciclopedia "World Book", ser el capitán Kirk (era un fanático de "Viaje a las estrellas"), ganar un peluche y ser un creativo de Disney.

Gracias a su inesperada fama, logró concretar algunos. Ahora, tras su muerte, la última lección que dejó al mundo fue, en realidad, un mensaje para que sus hijos no lo olvidaran.

Diez meses después de anunciar su enfermedad, Pausch murió este 25 de julio.


Fuente

mezzias escribió:Pues qué quieres que te diga, yo, como showman, prefiero a la Belén Esteban.
Lamentable espectáculo sensiblón. ¿Cobró por ir al programa de Ophra o fue por pura vanidad personal?

Isaver escribió:Bueno para criticar a este tipo hace falta tener muy poca sensibilidad, creo

Es muy fácil ser cínico con los rollitos de autoayuda, pero Pausch tenía un cáncer galopante y hay que tener firmeza de carácter para mantener el buen humor con algo así. Dónde es muy fácil permitirse algo de patetismo, y melosidad, pero a posta nos mostró la actitud contraria .

Me vi la original en dos partes, no esta abreviada. Y hay mensajes que hay que leerlos entre líneas, no son explícitos. Por ejemplo el esfuerzo que hizo por más barreras que le pusieron, para entrar al avión de gravedad cero y a la Walt Disney utilizando no siempre unos “modos ortodoxos” sino sabiendo que los muros están ahí sólo para quien no quiere atravesarlos. O que no menciona para nada a dios alguno o a alguna forma de religión o espiritualidad a pesar de tratar tan cercanamente con la muerte, ese es otro mensaje entre líneas.

De todos modos, no es pretencioso. Al final dice “esta charla no es para ustedes, es para que lo vean mis tres hijos cuando crezcan” Y ahí veo un motivo de peso. Es verdad que puede que hiciera el show por el egoísmo de querer que le recuerden. En general, creo “todo lo que hacemos es por egoísmo, pero lo genial es cuando nuestro egoísmo ayuda también un poquito a los demás”. Se acuerdan de la película donde un fulano que está por morir empieza a grabarse en video para que su hijo que acaba de nacer lo conozca? Es nada más que eso. Además, lo dice al inicio, que solamente intenta dar consejos de “cómo conseguir tus sueños”. No dice que tiene la receta de la felicidad ni nada. Se trazó objetivos y cumplió algunos, y nos da las claves que cree pueden servir. Como él mismo dice, se puede aprender de cada persona, aunque parezca mala (”dale suficiente tiempo y te sorprenderá”), pero para eso se requiere actitud positiva. Si queremos verle defectos, pueden que tenga muchos (cínico, manipulador, etc.) pero con todo creo que es una gran persona.

Shvartzman escribió:Ciertamente, no hay nada más fácil que frivolizar el mensaje de una persona porque sale en Oprah, un mensaje además bastante sencillo, sin más pretensiones que las de decir su parecer sobre lo que piensa es la mejor forma de vivir la vida dentro de un bienestar general que nos ayude a conseguir los anhelos de la juventud, o incluso de la infancia. Y si, además, él mismo reconoce que hace esto más que nada por sus hijos, para que lo vean cuando crezcan, podría parecer un truco si no fuera porque el tipo realmente está por desparecer. Si algo de dinero gana con esto, además, bien por esa familia que dejará de tener el soporte de un padre.

Antes pensaba que lo que necesitábamos, más que mensajes positivistas como este que simplifican bastante las cosas, era conocer la realidad tal cual es y tener una posición objetiva de la vida para aprender a vivirla, que había que ampararse más en la filosofía que en la motivación, que esta era para los tontos, que más filosofía y menos prozac. Con el tiempo me di cuenta de que la filosofía tiene una naturaleza tan problemática que carece de la practicidad de estos sencillos discursos dichos con fuerza, y pues la filosofía no siempre es útil para hacer frente a las adversidades de la vida que nos consumen por completo, la depresión, la fobia social, el desamor, incluso el suicidio. Yo en el discurso de Randy veo un afán bastante sencillo de querer dejar claras sus ideas de la vida, nada especialmente original, por cierto, pero poseedora de unos huevos del tamaño de una casa. En su discurso no inmiscuye a Dios, ni a ningún tipo de religión ni fuerza cósmica a la que debemos acudir en busca de la salvación. No creo que diga la última palabra sobre la vida ni que sea un hombre perfecto. Él mismo es un ejemplo sencillo, una persona común y corriente que aun enfermo y terminal es capaz de seguir sonriendo, cosa que cualquiera con un mínimo de ilusión por la vida se preguntaría, ¿pero qué diablos le ocurre a este tipo? Y he ahí su respuesta, sin grandes conceptos que deban aprenderse durante horas ni imágenes a las que encomendar nuestras almas. Así lo hice, parece decir, y su propósito no es convencer sino mostrar, exponer durante todo el tiempo con las imágenes más elocuentes posibles cómo ha vivido.